martes, 20 de febrero de 2018

CUANDO GANAS

Me he atrevido
A plasmar tus gestos,
A contarte las caricias,
A reivindicar tus besos.

A sentir tu fuego de llamas que no arden,
A arder en tu fuego si me llamas.

Y ahora que llueve en mis mejillas,
Quiéreme.
Como no lo han hecho antes tus ojos,
Como si te hubiera dado miedo,
Con el corazón encendido.

Así que quiéreme,
Cómo nunca te he pedido.
Con el alma ensangrentada,
De sacarme los cuchillos.
Como el Sol persigue a la Luna
Cuando esta esconde sus ojeras.

Con cuidado al dibujar,
Con tus dedos en mi espalda
Que los trazos que me pintas
Es la tinta que traspasa.

Que hasta ahora mi vida,
Solo ha sido un verano sin julio,
un invierno anclado,

Que solo  se va, si bajas los párpados.

LA PIEL, LA RISA, LA VIDA

Déjame que te piense en voz alta y fluyas.
Quitarte las bragas, la razón, el vértigo.
Devolvértelas con la ausencia de perderte.

Vuelve a hacerme poeta,
y cuéntame esas historias de lo que el día le debe a la noche,
como si tú y yo nos debiéramos algo.
Tradúceme los versos, los besos, los labios
que todavía me incomodan y me retan a rendirme.

Y hazme completamente tuyo, tú,
que bailas hasta el más pequeño pliegue de las sábanas,
que conviertes al gusano en mariposa, si te dejan
y que puedes perder el miedo, el tiempo y la risa.
Si de perder se trata yo siempre he ganado.

Si me necesitas,
búscame donde suenan los dados, las guitarras, mis dedos.
Y acompáñame si es lo que quieres,
cámbiame el concepto de amor,
revoluciónalo como todo lo que toca tu piel, tu pelo, tu aliento.

Cuando tengas miedo,
llámame donde las noches están más vacías cuanta más gente hay.
En cambio brilla más la luz, las sonrisas, las faldas.
Porque todo tiene un precio, pero no todos conocen el valor.
Y es que el valor se mide en las carreras de tus medias.

Y entonces,
cuando conoces el truco empiezas a ganar


las batallas, las historias, las vidas.

martes, 7 de marzo de 2017

La terrible razón de un tú y yo y no un nosotros

Hemos dejado de respetar
Hemos traspasado la barrera del respeto
Para dejar de querernos.
Preferimos la humillación,
Hemos dejado que la rabia nos corroa
Y derramamos gota a gota,
Aquello que nos emocionó algún día.
No hemos querido entender
Y hemos forzado al amor a romperse,
A precipitarse al abismo
Cogido de mi orgullo
Y del tuyo.
Y se ha tapado los oídos tan fuerte,
Que no ha escuchado siquiera, el estrepitoso crujido de un jardín al estamparse.
Por un solo temblor.
Porque resulta más fácil reconstruir que reparar.
Por un terremoto que apenas nos hizo unas grietas,
Pero que jamás conseguiría tumbarnos,
Si no hubiera sido por nosotros mismos.
Y el sonido de las sirenas,
Se junta con los llantos,
Mientras el aire se ensucia de vanidad y cinismo.
De culpables y perdedores.
De una tormenta que huele a mierda, de su consiguiente calma impregnada de orgullo.
De tu orgullo.
De mi orgullo.
Y que hace mucho tiempo que impide que nos necesitemos.

viernes, 25 de noviembre de 2016

La caridad no es justicia, solo egoísmo

No intentes levantarme cuando caigo,
ni limpiarme los rasguños con caridad,
ni calmar mis pesadillas en las malas noches
o desenredarme las tormentas.

No podrás ganar batallas por mí,
ni escribirme las historias en las plantas de los pies,
jamás podrás sentir mi sufrimiento
ni sufrir mi soledad.

No pretendas hacerme la vida más fácil,
ni acompañarme en el camino pedregoso
no disculpes mis fracasos
ni mucho menos, celebres mis aciertos.

No compartas mis borracheras de tristeza
no cures la violencia de mi pensamiento
no te quedes para todo lo que necesite
no te creas mis verdades.

No calles mis gritos
ni justifiques mis silencios
no abras la puerta de mi jaula.
Vete como si no te hubiera visto.

lunes, 31 de octubre de 2016

El triste llanto de una guitarra acústica

Que me recuerden a que sabe un beso.
Que me recuerden a que huele la libertad
Esa que no se tiñe de miedos y gritos.
Que me recuerden a que sabe el amor por las [mañanas,
Ese que acaricia, que calma y que entiende.
Que me recuerden cuánto vale la ausencia
De una misma.
El eclipse total de mi autoestima.
Que me digan cuál es el precio a pagar
Y que solo se paga con la vida.
Que me digan porqué no me quema ese fuego
Que se apaga con mentiras.
Que alguien le recuerde a esta apátrida
Por qué bando llora
Y por cual suspira.
Que a nadie le haga falta desnudarse a mi lado
Para tapar su sonrisa.
Dime de dónde cojones sale ese viento helado
Y porqué se disfraza de brisa.
Dime cual es la droga mas dura,
Que sin duda,
Todo lo cura.

martes, 5 de abril de 2016

Hace mucho que no renazco, y ya va siendo hora

A veces la vida
No es más que una conversación entre cafés.
Un beso de tu hermano.
No es más que un aflojar de vez en cuando
Y lograr una tregua.
Algún libro bueno,
Y recomendarlo.
Que el frío intente calarnos los huesos
Pero siempre encontremos a alguien que nos abrace.

No es más que entender que el arte,
Se esconde en el murmullo de las caricias.

A veces la vida consiste en suicidarse,
Despojarse de todo lo que somos
Y de todo en lo que creemos,
Para volver
Dispuesto a quedarte.
Olvidar todo lo que has aprendido
Y no volver a ser de nadie.

A veces la vida,
Consiste en renacer,
En los ojos de otra gente.
Recordar hasta que duela,
Para así,
No volver a mancharte la boca del maldito pasado.

Porque resulta que a veces la vida,
Es amar los pequeños detalles,
Una conversación entre cafés,
El beso de tu hermano,
Suicidarse para renacer.

Demostrar que aunque no ganes la batalla,
Siempre tuviste la pistola preparada.

A veces la vida,
Solo es buscar otra con quien compartirla.

lunes, 23 de noviembre de 2015

EDUCANDO CONTRA LA VIOLENCIA

LIBERTAD ES NOMBRE DE MUJER

Se empeñaron en hacernos creer
que somos el sexo débil
nos limitaron y nos reprimieron,
nos impusieron los roles de nuestra existencia.

Pero nosotras que hemos aprendido a querernos,
como somos
apoyamos a aquellas que son vida
y a aquellas que nos la dan.

Orgullosas, valientes, sin miedo
para decir nunca más
para abrazarnos
si una de nosotras tiembla.

Y es que el respeto empieza en una misma
así que ni una mano más encima
que ahora ya no hay voces que gritan
solo caricias que tranquilizan.

No des las gracias nunca más,
porque es lo que merecemos.
No pidas perdón

porque vivir no es un delito.