Mis esperanzas, del color de sus ojos.
De esas mujeres que mejor no compartirla
pero tampoco atarla, por si deja de ser ella
porque sería como abatirla
convertir en pez a la sirena.
De las que nunca se maquillan
pero lloran lágrimas negras
de las que bailan y gritan
de esas que siempre llevan ojeras.
De las que al oído solo susurran obscenidades
aunque solo quieren hacer el amor
de las que no dan oportunidades
y nunca les tiembla el corazón.
De esas que tienen la frente bien alta
y provocan revuelos
de las que descolocan con el vuelo de su falda
y desembocan en desvelos.
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