domingo, 6 de septiembre de 2015

LO QUE SÍ Y LO QUE NO


Los moldes, los tópicos, lo que está bien y lo que no tanto. Lo que me ata y me esclaviza, lo que está bien visto, lo que hacen las señoritas, lo que nunca deberían hacer. Las sociedades y sus prejuicios, y sus juicios. Sus normas, sus leyes, sus deberes, sus reglas, las reglas de la vida, nuestros objetivos que muchas veces se convierten en miedos.
Lo que deberíamos desear, lo que podemos desear, lo que queremos desear y al final, lo que nos permiten desear. Lo establecido y lo civilizado, lo conocido, lo vulgar y lo ordinario, los temores que nos inculcan para no salirnos del rebaño. Lo correcto, lo que se considera triunfar, lo que se considera celebrar un triunfo. A donde te lleva la corriente que es muchas veces donde te atasca. Los atascos, las rutinas, el segundero, el minutero, el pasar de las horas, que pasen demasiado rápido, que nos cambien la hora.
PERO, las vueltas de la vida, las que damos nosotros, lo impredecible y lo mágico, lo que nos sorprende, para bien o para mal. Las reglas que no cumplimos, los sueños, los que todavía no son objetivos, los derechos, los que tenemos y los que todavía nos faltan y también soñamos, lo que soñamos en silencio y lo que gritamos a los cuatro vientos. Lo raro, lo inusual, los que no tienen prejuicios, ni fronteras, los que desean con fuerza, las sociedades que son humanas.
Los caprichos concedidos, que te mimen, que te quieran, que te abracen, que te besen. La saliva.
La piel de gallina, el placer y el éxtasis, los recuerdos, los que aparecen en ellos, los que solo son eso, recuerdos, los descansos y cansarte y que te cansen, el miedo y acabar con él.
Las ilusiones que iluminan, las decepciones, las alegrías, las nuevas etapas, los cambios, no encajar nunca del todo, parar el reloj, lo incorrecto pero que nos hace felices, lo que sobrepasa los límites, sobrepasarlos. No encontrar palabras para describir una sensación, expresarlo en suspiros, en risas o sonrisas, en miradas, en lágrimas, en abrazos.
Las miradas que lo dicen todo, los que lo dicen todo con una mirada, los que callan, los que aceptan y los que luchan. Los que leen y los que escriben, los que sienten y se callan, los que sienten y lo dicen, los que gritan, lo que se grita, las personas, los pequeños detalles, los detalles que nos hacen felices, los detalles que lo cambian todo, el insomnio y el ingenio.

El tiempo, la felicidad, lo prohibido, los que nos quieren y a los que queremos, los que nos hacen felices, los que dan su vida por nosotros y todas las veces que nosotros la hubiéramos dado por ellos.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Adoctrinados

Nos enseñan las palabras
pero no a hablar,
nos enseñan a escuchar
pero no el valor del ruido,
nos enseñan a llorar
pero no a entender las lágrimas.

Nos enseñan a pensar (o eso creemos)
pero no a tener ideas,
nos inculcan la necesidad de estar acompañados
perdiéndonos lo mejor de nosotros.

Nos enseñan a creer
pero no nos dicen en qué,
nos enseñan a desvestirnos
pero no a desnudarnos,
nos enseñan a avanzar,
pero no a aprovechar los tropiezos para coger carrerilla
(Se creen que) nos enseñan a amar,
a cualquier persona excepto a uno mismo.

Nos enseñan que deben enseñarnos,
cuando los mejores momentos
los pasas con el puño en alto.


viernes, 28 de agosto de 2015

Miedos2

Gracias, por lo que nunca te he pedido y tú siempre me has dado. Por poner nombre a todas las palabras que intentaban salir de mi boca y por miedo no las encontraba.
Gracias, por llorar conmigo, como yo lloro ahora, enfadada con la vida, intentando encontrar resquicios en la tierra ya escarbada y que me recuerdan que todavía me quedan esperanzas.
Buscar tu cara en la cara de la gente, empujar a cualquiera que no se te parezca por el precipicio de la indiferencia, conseguir amar a cualquiera que me hable de ti.
Viene a mí la amarga intimidad de compartir el dolor, de ver lágrimas en aquellos que no deberían llorar delante de mí, verlas en silencio y a solas, con mucha gente y contenidas, verlas explotar cuando no hay absolutamente nadie, las mías.
Intentar que nadie las vea, evitar el tema, conseguir quitarle toda la importancia que puedo, confiar en ti como nunca lo conseguiría en mí, aparentar que eres capaz de controlar las vueltas que da la vida y dirigir la tristeza. Temer, como se teme a las olas que te adentran en la playa, que te someten a su voluntad y solo a veces consigues aprovechar la inercia de la marea para llegar a la orilla, y a pesar de haberte secado, saber que todavía no estás a salvo.
Hay momentos en los que no puedes bailar bajo la tormenta porque las nubes están en tu cabeza, eclipsan los pájaros que antes anidaban allí y te obligan a volar.



Miedos1

He llegado a casa y el rellano no huele a nada, no puedo adivinar la comida de hoy antes de entrar. Me siento mientras caliento cualquier plato que ni siquiera intenta suplantar los tuyos. Y mientras estoy sentada, me doy cuenta de que hace una semana que nadie me pregunta que qué tal me va en clase, nadie me riñe por morderme las uñas, ni nadie se siente orgulloso de mí sin motivo. Nadie me da 3 o 4 besos al llegar, ni 5 o 6 al despedirme.
Y entonces te das cuenta de lo que valen los abrazos todos los días, porque cuando no los tienes, no hay nada que se le parezca. Y las palabras solo me recuerdan que soy mucho más débil, como si tuviera todas las deudas por pagar y ahora me desahucian.
Puede que desconfíe porque el dolor nos ha quemado por dentro y ahora somos mucho más débiles, puede que supiéramos lo que teníamos, la tranquilidad, la estabilidad, y perderlo sea perder la vida y por eso lucho, aunque suene a ironía.
Aprieto los dientes y sonrío. Me ha tocado devolveros lo que siempre me habéis dado. El cariño y el amor, incluso aquel que escapa, que te encuentra cansado, pero miras a los ojos y sientes miedo y lo único que sale es un grito ahogado con forma de te quiero, de os quiero.
Puede que en el punto más bonito de mi vida me haya tenido que dar cuenta de que si hay posibilidad de perder, es que todavía estamos ganando. Puede que incluso, este momento haya perdido toda la magia que debería tener, puede que ahora solo sea un borrón negro, que no podré difuminar y que probablemente, al estar teñido de negro, tiña nuestras manos también y nos obligue a ensuciar todo lo que tocan.
El amor tiene tanto que ver, que ni siquiera se ha intentado poner nombre a la espera, a la incertidumbre, aunque nos lo vendan como esperanza.

Tras ver la tristeza reflejada en los ojos de tanta gente, a la que quiero, puedo afirmar que he manchado cada papel que escribo con sus lágrimas y que su tristeza se ha quedado para siempre conmigo y que ahora puedo decir que la frialdad con la que miro, con la que hablo y con la que respiro, será siempre compañera.

A una de las mujeres de mi vida.

sábado, 15 de agosto de 2015

Vivo en los ecos de las mejores voces

He forrado mis labios con besos prohibidos,
Con abrazos vacíos,
Con amores marchitos.

He visto a la soledad venir de frente,
Llevarme de la mano,
A donde no hay gente.

He visto amantes, que sueñan con ser como nosotros,
Pero no se miran con los mismos ojos.
Mis silencios te recuerdan que el mundo todavía no se ha acabado
Que vivo con todos mis sueños en el puño de la mano.

Viví en las cárceles que construyen para gente como yo
Y lo que realmente da miedo,
No es no salir,

Si no perderse para siempre en los ecos del recuerdo.

viernes, 7 de agosto de 2015

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Tengo mil secretos que confesar,
que salen a la luz cuando tú sales a bailar.
Me miras reprochándome que no sea yo quien te abrace
y aún así temes cualquier gesto contradictorio en mi mirada.
¿Podrías atar mis manos y evitar mis vuelos?
Y así es como me aventuras que esta noche,
no dormiremos juntos.
Acabaré contándole a otra rubia,
con menos curvas,
que te sigo echando de menos,
lo haré hasta que sea yo quien haga curvas.
Pero al andar.
Andando confesando los secretos que nunca me atreví a contar
y todos hablan de ti.
Si me dejaras te los contaría a ti también.
Suplicaría que me cerraras los ojos,
y entonces, con el miedo a que desaparezcas,
me regales todo aquello que soy incapaz de conseguir.

lunes, 3 de agosto de 2015

Amnésica

Mentíamos
Por vernos entre las sombras,
Despertando encima de nuestros propios escombros.
Renaciendo cada vez que parecía que íbamos a morir.

Vivíamos
Por tejer con nuestras manos mariposas
Conociendo los peligros que me acechan si te pierdo.
Persiguiendo cualquier resquicio que delatara la sombra de tus ojos.

Recuerdo
La sonrisa cansada que te busca y no te encuentra
Derritiendo los solsticios que amenazan con quemar la Tierra
Y a nosotros nos da igual.
Siempre y cuando nos pille con las bragas por los tobillos

Y las ganas siempre ganen.